¿Qué es un libro (electrónico)?

| 10/02/2015

Un libro es lo que como unidad reproducen sus páginas o su forma en la Lectura secuenciada (ordenada o no) y que tiene algún grado de edición. El texto en sentido amplio, como Lectura, está necesariamente relacionado con otros libros y otras historias/lecturas. El libro es también el lugar donde se encuentran el lector con la información/autor (y eventualmente con otros lectores). Es donde se publica el registro sancionado de la cultura, por eso, fue también la mejor forma de mover ideas en el tiempo y en el espacio. Era inigualable en la forma en que permitía al lector completo control en el ritmo en que se “consume” el contenido, es un Medio para la lectura.

Esto estuvo siempre relacionado con lo impreso, con el papel, y ya no es solamente de esta manera. Un libro no es únicamente un volumen de papel empastado. Mucho de lo que se publica digitalmente cumple también con todas esas características. La forma de ordenarlo y presentarlo tienen el mismo principio.

Pero para tener un libro electrónico antes hizo falta un libro impreso, por eso la versión electrónica copia mucho, por lo menos hasta ahora, y hace posibles muchos de los mismos juegos. La misma condición del texto y la palabra para referir está también en el centro de las publicaciones digitales.

 

La era del libro/texto cerrado (más allá de la teoría) llegó a un momento de transición con la expansión de internet. Por ejemplo, la Encarta o la Británica en cd, con todo su contenido multimedia y tal, pasaron a la historia para que Wikipedia se convirtiera en la referencia. Es decir, la llegada de la red colaborativa (web 2.0), marcó un cambio del texto (digital y multimedia) cerrado. La reducción de la autoridad del autor fue puesta masivamente en práctica, un lector podía participar de una obra y volverse co-autor o incluso corregirle literalmente la plana a un autor, y éste fue también el momento en que el autor y el lector se encontraron para conversar en los márgenes de los textos.

 

Aquí vale la pena decir que lo digital tiene dos variantes: Las publicaciones electrónicas y los libros electrónicos. Hay que aclarar que esta diferencia es (casi) arbitraria, y sólo se mantiene por la forma en que los archivos se presentan.

Por ejemplo, es relativamente claro con la Sección Amarilla, que en papel es un libro y tiene un orden alfabético y lineal (se puede “leer” de principio a fin)… sin embargo, en digital no es un libro electrónico, su conversión (o su uso en) digital la vuelve más bien una base de datos (no lineal), y se presenta mejor como una App o página web que únicamente muestra el contenido que se le solicita (plomeros en la col. Juárez). Lo mismo se sigue para muchos libros de texto o de consulta.

Técnicamente también se sigue en las búsquedas simples en la red, pero aquí ya comienza a complicarse. Si uno busca por ejemplo “Comida italiana” y se muestra (en código es print ), un índice de contenidos: páginas web con recetas, Historia, datos, blogs, imágenes, videos, noticias, etcétera. Es un índice “generado por el lector” con varios autores. Es un compendio grande de información clasificada y etiquetada como Comida italiana y un lector con pericia puede convertirlo en un libro al hacer una edición/discriminación y un plan de lectura de los contenidos, e incluso almacenarlo en un solo archivo digital.

Pero hacer una diferencia clara con búsquedas más sofisticadas o con un blog o un videojuego o con storify o también, por ejemplo, con un perfil de Instagram o con otros tipos de publicaciones digitales se vuelve muy complicado. Siendo ligeramente cooperativos, muchísimas cosas publicadas en electrónico son claramente Literatura o Arte, pero también pueden ser entendidas como libro (electrónico).

En el otro extremo están los formatos específicos para la lectura (epub, mobi, opf, azw, etcétera… incluso pdf), que son claramente libros electrónicos, porque aparentemente tienen no sólo el mismo orden lineal que un libro impreso sino también son unidades distinguibles que se centran en favorecer el acto de leer. Además, y quizás especialmente, porque el mercado los escogió para ser los representantes electrónicos de las versiones impresas.

 

Estos libros electrónicos, aparentemente cerrados, tienen todas las ventajas de la Red y de la Web 2.0. Más allá de los obvios beneficios en la distribución y en la conexión, están construyéndose para tener, en la mente de todos, el mismo valor simbólico que un libro impreso (y salvo en contadísimos ejercicios es por eso que no usan casi multimedia), aunque van añadiendo mejoras y actualizaciones todo el tiempo. Por ejemplo, permiten al lector hacer un comentario público que está disponible para todos los demás lectores de ese mismo texto. Esta marginalia se vuelve parte del texto, no sólo permite que los lectores comenten entre ellos generando una comunidad alrededor de la obra, sino que en algunos contextos posibilita al lector discutir directamente con el autor ¡dentro del libro!

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