La Industria de Editores de los Estados Unidos se plantea utilizar una nueva técnica para acabar con la piratería de los libros electrónicos. En lugar de acogerse a un sistema jurídico, lo que supondría un gasto no sólo de dinero sino de tiempo y de energía, la idea es ir a la raíz del problema, es decir, al usuario final. Para ello se estudia la posibilidad de implementar un malware que pueda deshabilitar o incluso acabar con el ordenador de aquella persona que haga uso de un material pirateado.
Estas medidas se recogen en un informe que analiza Michael Kozlowski en un artículo publicado enGoodereader. El funcionamiento sería el siguiente: si una persona no autorizada accede a la información, se activarán una serie de acciones, como por ejemplo que el archivo se vuelva inaccesible y el equipo de ese usuario se bloquee. Una vez ocurrido esto aparecerán una serie de instrucciones sobre cómo ponerse en contacto con la policía para obtener la contraseña necesaria para abrir la cuenta. Según se explica en el informe esta medidas no violan las leyes vigentes sobre el uso de internet, pero sirven para mitigar ataques de esta índole.
Hay países que emplean tácticas similares para hacer frente a problemas como la piratería, la libertad de expresión y el control de movimientos políticos. No es descabellado, señala Kozlowski que la industria del entretenimiento en los Estados Unidos vea lícito acogerse a algo así.
Durante la última década, lo editores han estado negociando con empresas de terceros para detener la piratería de libros electrónicos en internet. Son conscientes, añade el periodista, de que sus ofertas digitales se descargan de forma masiva, pero comprueban que cuando se descubre alguna acción de piratería y aunque ésta sea recurrente, no se toman medidas legales a nivel particular.
Por lo tanto, advierte, todo aquel que se disponga a descargarse algún libro electrónico a través de plataformas de intercambio de archivos como Torrent, debe pensar que el seguimiento de las cookies y la ID del equipo llegarán a manos de los editores y quizá, en un futuro no muy lejano, el equipo se podrá bloquear, destruir o tomarlo como rehén