En la mayoría de las plataformas de hardware de lectura digital, una de las características más comunes (excepto con los pdf) es la capacidad del texto para ajustarse automáticamente al tamaño de la pantalla. El funcionamiento todavía podría mejorar pero sin duda facilita la lectura y no es necesario hacer varios archivos o css para distintos aparatos.
En los libros impresos, el trabajo de ajustar el texto a la caja tipográfica, para ayudar a la lectura, lo hacen los diseñadores (formadores), y puede incluso llegar a ser punto menos que artesanal. En los libros digitales lo hace un programador al generar un código para que el texto se ajuste al del tamaño del display. Se consideran algunas variables de dominio común en el diseño editorial y ese mismo código se puede utilizar en todos los libros que se produzcan. Es decir, que ese trabajo, que antes se hacía en cada uno de los libros, ahora se hace una sola vez.
Parece en primera instancia que se pierde algo, sin embargo otras cosas se ganan. Por ejemplo, ahora que Amazon está abriendo su plataforma de publicación a varios idiomas (francés, alemán y uno supone que también lo hará pronto para español) y surgen posibilidades. En vez de tener diseñadores para el trabajo de formación, se pueden tener traductores para publicar simultáneamente un libro en varios idiomas.
Las traducciones de un texto normalmente se hacían cuando alcanzaba cierto éxito, casi siempre de ventas. Sin duda, poder presentar varias versiones, como un paquete, de un mismo texto es un cambio fundamental, casi que me atrevería a decir que una gran mejora, en la forma de producir libros y de distribuirlos. Por supuesto los efectos de este cambio, si de hecho sucede así, se verán claramente cuando pasen. ¿Será posible que un texto no tenga el mismo éxito en el idioma original como sí lo tendría en otros idiomas?