La tecnología del Kindle es muy buena. La experiencia de lectura es (casi) como un libro en papel y en ciertas cosas es incluso mejor. La tinta electrónica es una maravilla. El peso y el tamaño hace que sea muy cómodo, además de la posibilidad de cambiar el tamaño de la fuente (todavía no descubro si se pueden cambiar las tipografías, aunque encontré esto Hack your Kindle to change the fonts)
El sistema y la tienda de amazon es regular. Mientras las compras son rápidas, sencillas y automáticas el catálogo es todavía pobre y las obras en español son apenas unas cuantas. Teoricamente uno puede suscribirse a los feeds de los blogs aunque, si no fuera porque es una función no habilitada para México, sería buenísima. Supongo que no está disponible porque hay que pagar, en general .99 usd, por una suscripción a un blog y seguramente el tema de pagos no está resuelto todavía. Los periódicos son una locura de caros el NYTimes cuesta 28 usd al mes, el unversal 17 usd al mes o el País 20 usd al mes. Lo que, por decir lo menos, es una cosa poco práctica ya que en el iPhone o en la Laptop se pueden consultar gratis los tres.
Por otro lado, tengo muchos libros, artículos y textos en general en otros formatos que he ido descargando con el tiempo y no he leído porque son largos y en el monitor, especialmente la literatura, son pesados de leer.
Los pdf los lee bien, el problema es que uno padece las limitaciones del formato y no siempre se ajustan al ancho de la pantalla, cuando eso pasa es una molestia. Además, no lee ePubs lo que es un turn-off automático, aunque claro, eso ya lo sabía. Pero sin duda es una de las cosas que amazon tiene que considerar seriamente incluir para próximas actualizaciones del firmware.
En vista de la falta de un catálogo amplio y la incapacidad de suscribirse a contenido periódico, el aparato (por lo menos en México) se vuelve limitado pronto.
La solución sencilla que encontré para generar un catálogo útil fue convertir los pdf y los ePubs que ya tengo a archivos .mobi. Esta transformación es rápido pero puede ser más o menos molesta; tuve que hacer algunos ajustes para que quedaran bien. En un caso, las cornisas del pdf aparecían en el .mobi en cada página como títulos (convertí el pdf en rtf y le borré las cornisas con un find&replace y luego convertí el .rtf en .mobi). En otro caso, al convertir un .ePub el texto se colgó mucho a la derecha (hice lo mismo .ePub -> .rtf -> .mobi).
El programa para convertir los textos a distintos formatos es más o menos famoso a estas alturas, Calibre. Pero después de las transformaciones parecía una especie de administrador que terminó recordándome las primeras versiones de WinAmp. La conclusión, sumada al zafarrancho del fin de semana entre Amazon y McMillan, es que las editoriales no deberían asociarse ni casarse con un dispositivo ni con un formato y que los dispositivos no se encasillen en formatos propietarios. La apertura y la diversidad serán una diferencia redituable en el futuro. Esto tiene sentido para las editoriales en español que aún se mantienen más o menos al margen de estos avatares y que seguramente en los meses y años por venir iniciarán un éxodo impostergable hacia la publicación y la distribución digitales.