Google anunció que se alista para entrar al negocio de la venta de libros en internet, preparando así el camino para lo que se pronostica como una dura batalla con Amazon. Pero el desenlace de esta lucha no sólo implica escoger entre uno u otro de los gigantes de la red, sino la forma en que los libros electrónicos se distribuirán por lo menos en sus inicios.
La propuesta de “Google Editions”, nombre que en sí mismo ya sugiere la lucha contra los e-books tradicionales, plantea que los textos estén disponibles en la nube, es decir, vía internet y sin que los lectores posean una copia de los mismos, como si accediéramos a una biblioteca con suscripción pagada. Esta parte de la iniciativa de Google ha devuelto momentáneamente la sonrisa a los editores tradicionales, de esta manera los usuarios no tendremos una copia, lo que implica entre otras cosas que no habrá intercambio de archivos. Pero también sugiere un modo complejo de edición, en el que los editores volverían a encontrar claramente un sitio y la emergencia de autopublicación se conjuraría. Los autores difícilmente serán capaces de autopublicarse sin ayuda de expertos y sin la asistencia de una organización que cubra parte de los gastos de la distribución vía Google.
Google Editions es el comienzo de la “publicación en la nube” en la que el contenido se compra pero nunca se posee. Si esto es bien recibido por los usuarios, no nos importará más cuál es el código que funciona mejor para producir ediciones flexibles que eventualmente tengan salida en distintos formatos o para diferentes lectores. Todo lo que necesitaremos será un dispositivo con un navegador que nos permita conectarnos a nuestra cuenta de Google.
Dado que Google publica los libros en pdf –casi siempre de mala calidad-, esto sugiere otro problema: el contexto de lectura. La adopción de los ebook tiene que ver con la adaptación del texto a distintas pantallas y gustos. La mayoría de las veces, la manera en que nos gusta leer es la que es mejor en ese momento, ese trabajo ha estado prefigurado por los diseñadores y los editores: tamaño del libro, tipografía, tipo de papel, tinta, etcétera. Para los libros electrónicos, los diseñadores editoriales igualmente pueden presentar un estilo predeterminado para que la lectura sea toda una experiencia y usar el diseño para reflejar tanto el contenido del libro como la editorial a la que pertenece. Pero lo que no pueden hacer es predecir el contexto de cada ambiente de lectura –algo que será fundamental en los dispositivos electrónicos de lectura.
Simon & Schuster, una división de CBS, anunció el pasado viernes que haría ediciones digitales de cerca de 5 mil títulos para agregarlos a su catálogo de ventas en internet, vía Scribd.com, incluyendo a sus autores que son best-sellers. El sitio de Scribd es uno de los más populares para compartir documentos, permite a los usuarios subir capítulos de libros, reportes de investigación, tareas y recetas. Cuenta con alrededor de 60 millones de usuarios al mes que leen los documentos, los incrustan en blogs y comparten links en las redes sociales. Y, de la misma manera, las librerías tradicionales, por ejemplo Barnes & Noble, se ha rumorado que también están pensando sacar un dispositivo de lectura para competir con Amazon.
Y con estas noticias de las últimas semanas comienza también la batalla por los libros, y los lectores y consumidores de libros tendremos que estar al pendiente para apoyar distintas iniciativas, yo me inclino a pensar que la autopublicación será un sano camino para la edición.
Hola!… qué interesante!!… yo la verdad no soy muy fan de leer de la computadora, me gusta mucho más un libro «de verdad», pero últimamente he tenido que leer aquí.
De verdad qué interesante!… hace rato que ya no pasaba por aquí.
Bueno, que estés bien. 🙂