Más lejos de la realidad

| 30/03/2009

El poder del Internet se hace sentir cada vez con más fuerza. Obama dijo que había ganado gracias a la red. Juntó más dinero publicitándose en Youtube que haciendo campaña en los pueblos y ciudades. Pequeñas donaciones que venían de cualquier lado, de diez dólares en diez dólares. En Italia, el movimiento de estudiantes en contra de las reformas educativas de Berlusconi se organizó gracias a blogs y posts en internet. Lo mismo pasó en España y en Francia. El EZLN, desde hace tiempo, recauda fondos y tiene un canal de información digital. La red, cada día más omnipresente.

Pero tanto poder no pasa desapercibido, cada día más miradas se concentran en intervenir, ejercer o poner orden en la red. Y el poder distribuido de la red se diluye entre los constantes intentos por buscar definiciones. Criticando, por ejemplo, la forma en que la gente se desdobla. Los medios tradicionales contraatacan con toda su fuerza, prohibiendo e invalidando. “La red es solo una máquina de marketing y ustedes solo funcionan como borreguitos”. Y sin embargo, el internet se está volviendo plaza pública, todo se discute. China prohíbe páginas a toda velocidad y encarcela bloggers igual de rápido y occidente lo acusa. Las supercompañías de información tradicionales en occidente criminalizan el libre intercambio de archivos cuyos derechos de propiedad les pertenecen (casi siempre por cambiar la ley a su favor), muchas veces con la única justificación de control o con el falso argumento de que se está dañando la creatividad y a los creadores. El centro empieza a ejercer cada vez más poder y se vuelve más eficiente en sus empeños. Cada día hay más gente conectada, pero cada día la información viaja menos libre. Hay más zonas oscuras o cada vez más regionales o locales, internet empieza a tener fronteras. En occidente, en América y en Europa, es mucho más sutil el control, simplemente se oscurecen zonas geográficas, en el fondo todo está disponible solo que cada vez es más difícil encontrarlo. Se deben tener habilidades especiales para hacer arqueología de la información. La creatividad original se vuelve tonta o se aleja rápido de la mayoría. Deja de funcionar como un espacio en donde las experiencias se comparten, para volverse un aparador. Deja de ser un lugar en donde se puede ser otro: aprender, comunicar, transformar, informarse, conectarse y se vuelve un lugar de autoafirmación, cuando justo se trata de lo contrario. Se está volviendo más y más un lugar de sustento económico, una forma de evitar los canales tradicionales de producción y distribución, pero cada día está más lleno de los que promueven los canales tradicionales de producción y distribución.

Lo que durante tanto tiempo estuvo lejos de la intervención, ahora es su centro. Es el internet el que empieza a tener efectos serios fuera de sí mismo. Todos quieren un pedazo del pastel virtual. Facebook, el american dream llevado a escalas megalomaniacas, parece el lugar propicio, uno encuentra ahí tanto feedback que puede remoralizar cualquier ego empequeñecido (o empobrecido). Cada día más y más se vuelve el atajo para una plaza pública ultrapop y eventualmente sin sentido. Todo se centraliza cada vez más, el facebook se vuelve EL PERFIL de internet y las personas se vuelven flojas, dejan de navegar. Cuando el verdadero motor del internet, lo que lo hace posible, es su falta de identidad y una búsqueda casi épica del otro. Pérdida y recuperación. Aunque, afortunadamente, la tecnología avanza rápido, más rápido que la consciencia pública y que la capacidad para digerirla o intervenirla.

Facebook es el resultado digerido de una tendencia que lleva más de diez años: compartir archivos de forma rápida, más o menos sin restricciones y sin un productor central. Es su lado políticamente correcto, más o menos asimilado y dispuesto por el mainstream. Es la representación gráfica de lo que ya sucedía. Su contraparte subterránea y subversiva sigue siendo el intercambio de información sin restricciones, pasar de largo de las leyes de derecho de autor, su poder político distribuido, su capacidad de expandir el yo y potenciar opiniones, es decir, de volverlo comunitario. De poner a disposición de los demás las experiencias en forma de archivos (experiencias propias y ajenas), sin importar nada más que la capacidad de almacenamiento y la velocidad de transferencia. Una especie de expansión de la consciencia, una prótesis si se quiere, pero algo que ayude a saber más sobre lo que no es uno. Subir cosas a la red es importante, pero es más importante buscar cosas, descargarlas, bajarlas, leerlas o verlas. Las ficciones en todo caso se vuelven más útiles cuando alguien las lee. Facebook es un lugar de tránsito entre la sensibilidad atrofiada y la red. Capacidad de ver al otro, sin complicaciones y olvidarnos de nosotros por un rato.

2 opiniones en “Más lejos de la realidad

  1. crorsa

    Pues he entrado y me sorprendí mucho, ya estaba habituado a ver el sitio con el post de los vínculos. Gueno, pues nos deseo suerte y que bueno es bautizar el primer post del blog…

    Responder

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