E-books eliminan uno de los grandes problemas en México: la distribución

Silvia Isabel Gamez

Ciudad de México, México (15 julio 2013).- 00:00 AM.-
En 2016, el gasto mundial en libros digitales sumará 20 mil 800 millones de dólares, cifra equivalente al 17.9 por ciento del mercado editorial, según el informe GEMO. Aunque en América Latina las ventas no superan el 1 por ciento, y en Europa rondan del 2 al 3 por ciento, la tendencia es que ganen terreno al tiempo que caen los libros en formato impreso.

«Estamos ante una revolución, en su forma más incipiente», dice el investigador español José Antonio Cordón, «con sus ventajas e inconvenientes, pero irreversible».

El peligro fundamental es el miedo a esta nueva realidad, afirma el catalán Juan Triviño, asesor editorial y director de Ediciones Noufront. «Negar lo que está sucediendo y quedarse quieto es el mayor peligro que veo en el mundo del libro».

Son varias las razones para que el e-book avance lentamente en América Latina. Lo primero que se necesita, dice Triviño, es disponer de un amplio catálogo editorial. «Sin contenido que vender no levantaremos esas cifras». Se debe generar también confianza en los usuarios para que proporcionen sus datos bancarios y crear hábitos de lectura digital, agrega.

Un sector editorial conservador, temeroso de la vampirización que puede ejercer el libro electrónico sobre el impreso, y la falta de una política de lectura gubernamental que impulse un sistema de préstamos en las bibliotecas públicas que dinamice el mercado, son dos motivos que han impedido el crecimiento del e-book en Europa y Latinoamérica, considera Cordón, profesor de la Universidad de Salamanca. «La experiencia del grupo de investigación E-Lectra (del que es director) nos dice que un lector bien formado en competencias digitales lee más y mejor que un lector tradicional».

Las principales tendencias en la edición digital, según el investigador, son un nuevo concepto del libro, con una dimensión social cada vez mayor, que generará también nuevas prácticas de lectura; la internacionalización y concentración de las editoriales, cuyo principal ejemplo es la fusión de Penguin y Random House, que se calcula generarán el 50 por ciento de la ficción literaria en inglés, y una importancia creciente de las redes sociales.

Esta «hoja de ruta digital», según Cordón, exige de los editores un cambio de mentalidad: «Deben asimilar la cultura de la innovación inherente a los nuevos medios, internacionalizar sus actividades, adquirir destrezas que les permitan dotar a sus productos de visibilidad y proyección multiplataforma, y pensar en la tecnología en términos de servicio, aproximación y enriquecimiento de la participación del cliente».

Las editoriales necesitan acercarse a los lectores digitales, contar con un blog y una tienda online, agrega Triviño. «El contenido debe estar disponible en la red de manera que sea sencillo encontrarlo y adquirirlo, y sin espaciar en el tiempo la salida de los libros en papel y en digital».

En esta nueva realidad, hay sectores que se perfilan más vulnerables.

«En la cadena de producción, el que más está sufriendo, y sufrirá, es el impresor tradicional. El print on demand está mejorando muy rápido, lo que hace que se acerquen cada vez más a la calidad-precio del offset, pero con la posibilidad de imprimir menos ejemplares. En cuanto a la cadena de suministro del libro, el distribuidor tradicional es el punto más débil», asegura el también director de la plataforma www.produccioneditorial.com.

A la hora de fijar el precio del e-book, señala Triviño, hay que considerar si se trata de una novedad o un libro del fondo editorial, y cuánto está dispuesto a pagar el público en comparación con el libro en papel. «Me inclino hacia la idea de que el e-book sea entre el 40 y 60 por ciento más barato que el libro en papel, o como máximo que tenga el precio de la edición impresa más económica, normalmente el formato de bolsillo».

Para Alejandro Zenker, director de Solar Editores y Ediciones del Ermitaño, el gobierno mexicano debería estar pensando en temas como sustituir el libro de texto impreso por su versión en soporte electrónico, como a finales de junio anunció que lo haría el Departamento de Educación de Los Ángeles.

El anuncio de la SEP de que comprará 240 mil laptops para alumnos de primaria de tres estados equivale para el editor a planear con «los ojos en la nuca». «México está llegando tarde a la implementación de novedades tecnológicas», dice Zenker. «Alguien tendría que tocarles el cerebro a estos burócratas y decirles que las laptops están siendo desplazadas por las tabletas, que ofrecen infinidad de ventajas: portabilidad, interactividad, facilidad de uso…».

Atento a los avances tecnológicos, Zenker publica desde el año pasado los títulos de Ediciones del Ermitaño en los formatos papel y electrónico. Subraya el hecho de que los e-books eliminan uno de los grandes problemas de la industria en México: la distribución.

«En el País no tenemos ni siquiera una librería por municipio, pero con las librerías virtuales, cada computadora, tableta o teléfono celular se convierte en un punto de venta, donde además tienes acceso a una enorme bibliodiversidad».

Fuente: http://www.reforma.com/cultura/articulo/707/1412444/?compartir=24488600e861f118d202d386ecffedbe Revoluciona al libro era digital

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